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Con la llegada del verano, millones de personas se desplazan a zonas turísticas, especialmente a la costa o a áreas rurales más tranquilas. Este fenómeno, que cada año marca un pico en el movimiento de vehículos por carretera, no solo afecta al sector turístico: también tiene un impacto directo en la logística y el transporte de mercancías por carretera.

Foto de Unsplash

Más tráfico, más retos logísticos

En temporada alta, las vías principales suelen registrar un aumento considerable del tráfico, lo que conlleva:

• Retenciones y atascos inesperados.
• Aumento de los tiempos de entrega.
• Mayor consumo de combustible.
• Incremento del estrés y la fatiga en los conductores.

Para las empresas de logística, estos cambios requieren una planificación precisa y flexible. No es lo mismo hacer una entrega en una ciudad tranquila en abril que en agosto, cuando sus calles están llenas de visitantes y actividades.

Planificación de rutas: la clave del éxito

Una buena gestión logística en verano implica adaptar las rutas para evitar los puntos más conflictivos, como:

• Entradas a zonas costeras los fines de semana.
• Carreteras secundarias que se saturan en fiestas locales o eventos.
• Áreas urbanas donde se implementan restricciones temporales de tráfico.

Gracias a herramientas de geolocalización en tiempo real, hoy es posible anticiparse a estos escenarios y rediseñar rutas sobre la marcha. Esto no solo mejora la puntualidad, sino que también reduce el desgaste de los vehículos y el coste operativo.

Horarios alternativos y coordinación con los clientes

Una estrategia eficaz para sortear el tráfico turístico es adelantar o retrasar las entregas, llevando a cabo transportes en horarios nocturnos o a primera hora del día. Sin embargo, esto requiere coordinación previa con los clientes y una mayor organización interna. Muchas empresas aprovechan también para almacenar productos estratégicamente cerca de los puntos de consumo, minimizando así el número de viajes largos durante el pico turístico.

Una oportunidad para destacar

Aunque el turismo estacional presenta desafíos, también es una oportunidad para demostrar profesionalidad y capacidad de adaptación. Las empresas logísticas que optimizan su operativa en verano no solo mejoran su rentabilidad, sino que también fortalecen la relación con sus clientes, que valoran especialmente la fiabilidad en momentos de alta demanda.

El turismo veraniego no afecta solo a hoteles, playas y restaurantes. En el mundo de la logística, anticiparse a sus efectos es esencial para mantener la fluidez de las operaciones y seguir cumpliendo con los estándares de servicio. Si la carretera cambia en verano, la logística también debe hacerlo.